lunes, 27 de octubre de 2008

Aprender a ir perdiendo

Hasta ayer, el Sevilla F.C. había jugado esta temporada 10 partidos oficiales, 3 de Uefa y 7 de Liga, lo que suma 900 minutos jugados. De ellos, sólo 16 minutos había ido por debajo en el marcador. Sucedió ante el Sporting de Gijón, que se adelantó 0-2 en el minuto 20 de la 2º jornada, pero en tan sólo dos minutos Chevantón marcaba y cambiaba el signo del partido.

Desde entonces el Sevilla había basado su juego en una tremenda seguridad defensiva, que le permitía tener la paciencia suficiente para buscar el zarpazo mortal de sus delanteros. Sin embargo, ayer el Málaga se puso por delante y supo aguantar la posición y asfixiar el juego sevillista, y ahí llego el problema.

Que alguna vez hay que perder, es evidente. Que el Málaga planteó magníficamente el partido, que había muchas bajas, y que los delanteros del Sevilla están recién salidos de sus lesiones, es cierto. Pero el prinicipal problema, desde mi punto de vista, no fueron esos; lo peor fue que cuando el equipo se vio más tiempo de la cuenta por debajo en el marcador, se desquició. Se perdió la cabeza en cuanto al comportamiento: Luis Fabiano no paró de protestar, Chevantón pudo ser expulsado por tanto tirarse, incluso Navas hizo una entrada terrorífica nada habitual en él. Por no hablar de la lamentable acción de Adriano que "se cargó" un partido que en esos momentos aún se podía ganar.

Y también se perdió el rumbo en cuanto al juego: entraron las prisas demasiado pronto, el Sevilla no realizó casi en ningún momento su juego de toque y de paciencia, y el juego más directo y alocado no salió bien, entre otras cosas porque no es es estilo de este equipo.


Se notó que los jugadores no encajaron bien ir perdiendo, pero espero que esto sirva de aprendizaje para lo que viene, porque por muy bien que defendamos, iremos perdiendo en otros partidos, y será mejor que sepamos afrontarlo con serenidad y claridad de ideas. Y sobre todo sin cambiar el juego que, aunque a algunos no les guste, nos está dando magníficos resultados, y será la única vía para remontar cuando sea necesario.

Por cierto, para los que opinan que el Sevilla F.C. no juega bien: lo de ayer frente al Málaga sí que fue jugar mal. Lo de antes, gloria bendita.

martes, 21 de octubre de 2008

Avituallamiento

Dicen los entendidos en ciclismo que para afrontar las duras etapas montañosas es fundamental un buen avituallamiento, es decir, alimentarse para acumular energías durante la parte llana de las etapas, para que al llegar lo más difícil haya reservas suficientes. Como todo el mundo sabe, en esta Liga hay un "Tourmalet", o un "Alpe D'Huez", o como lo queramos llamar, y al Sevilla F.C. pronto le tocará afrontarlo, con rampas tan duras como un Valencia, Barcelona, Real Madrid y Villarreal, a la vez que la liguilla Uefa, sin apenas descanso por medio.

Es en los puertos más importantes donde se gana el Tour o la Vuelta. Resulta difícil aún predecir cómo resolverá el Sevilla F.C. esas subidas, pero lo cierto es que en el llano está haciendo su trabajo a la perfección: se está alimentando, llenando las reservas de puntos, y además siempre va situado en la cabeza del pelotón. Incluso se han superado caídas que han lesionado a algún componente del equipo, demostrando que es eso, un equipo completo y comprometido.

Y es que en ciclismo hay varias formas de estar en cabeza. El último gigante, Armstrong, atacaba una y otra vez sin cesar, hasta que en alguno de esos ataques se quedaba solo y volaba hacia la meta. Nuestro Miguel Induráin, por el contrario, hacía una carrera de desgaste, imponiendo un ritmo fuerte y constante, sin alardes, que iba dejando atrás uno a uno sus rivales por eliminación. Hasta ahora el Sevilla F.C. ha seguido una táctica de carrera más parecida a la del navarro, y le ha ido bien.


No sabemos si en la alta montaña será suficiente con esta táctica o si harán falta más ataques para reventar a los rivales. Pero lo que sí sabemos es que serán etapas apasionantes, y que el Sevilla F.C. llega con energía suficiente, y confianza a raudales, para coronar el Tourmalet entre los primeros, entre los grandes. Los que al final se disputan el Tour y la gloria. Otra vez, a luchar por todo.

viernes, 17 de octubre de 2008

Que intervenga la ONU, ¡Ya!

La situación es insostenible. La mayor cacicada de la historia del fútbol se ha producido en contra de un equipo de Madrid, y hay que hacer algo cuanto antes. Los medios de comunicación, las administraciones locales y autonómicas, incluso el Gobierno de España se han puesto en marcha para evitar que le cierren el campo al Atletico.

En Galicia han creado la plataforma "Sanciones a los equipos de Madrid: Nunca Mais", y hay comentarios sobre que los principales cantantes españoles están grabando una canción titulada "Salvad al Glorioso". Varios directores españoles de cine premiados con Goyas preparan un documental de investigación sobre una posible Teoría de la Conspiración contra el Atlético de Madrid y se dice que Spielberg podría unirse al proyecto si se confirma que Tom Hanks interpretaría el papel de Aguirre.

También se ha sabido que en la campaña electoral de Estados Unidos los candidatos se posicionarán públicamente sobre el asunto, y se espera con ansiedad la próxima encíclica del Papa Benedicto XVI, que podría tratar sobre si sancionar a los equipos de la capital de España es pecado mortal o sólo venial. Incluso desde fuentes vaticanas de habla de la posible beatificación de Javier Aguirre por su ejemplar comportamiento en los partidos, pero no hay nada confirmado.

Sin embargo no es suficiente. Un hecho de tal gravedad requiere mayores medidas, y es urgente que la Unión Europea se reuna y emita un comunicado, que la OTAN deje de guardar silencio y que, por supuesto, el Consejo de Seguridad de la ONU determine, tal como hizo con la guerra de Irak, si la sanción de la Uefa es legal o ilegal. Ya es hora de que los poderosos dejen de lado tanta reunión para detener la dichosa crisis económica, y atiendan a lo verdaderamente importante, que es la injusticia cometida contra el pobre Atlético de Madrid.

Finalmente, uno se pregunta, ¿existe realmente Dios? Por que si existiera ¿cómo podría permitir que se cerrara el Vicente Calderón?