martes, 13 de enero de 2009

Match Point

La vida es como un partido de tenis. A veces una pelota toca la red, y se queda botando encima de ella. Si se trata de un punto de partido (un "match point"), entonces según de qué lado caiga la bola, el partido puede cambiar totalmente. Se pasa de la gloria de la victoria al fracaso de la derrota dependiendo de que la suerte empuje la bola a un lado de la red o al otro. En la vida de una persona, existen situaciones cruciales en las que un simple detalle puede decidir el destino de una persona. En ese momento, la vida está en manos del azar, todo depende del lado del que caiga la bola.
Esta metáfora es la base de la magnífica película de Woody Allen "Match Point", y creo que con ella el director neoyorquino refleja un hecho cierto en la vida, y es que aunque uno ponga todo su empeño en lograr algo, siempre queda un resquicio que depende exclusivamente de la suerte.


Todo esto vienen al caso de las críticas que han recibido unas recientes declaraciones de Manolo Jiménez, en las que señalaba la importancia de los goles de Palop y Puerta en los títulos sevillistas. No creo que el entrenador sevillista pretendiera quitarle mérito a esos títulos, sino solamente destacar que, si el Sevilla F.C. hubiera sido eliminado frente al Shaktar Donetz, la participación Uefa de esa temporada hubiera sido un fracaso. Sin embargo el portero marcó de cornet en el minuto 92, cuando el equipo estaba eliminado, y eso permitió seguir en una competición que al final se ganó. Del fracaso a la gloria.
Igualmente, si el Sevilla F.C. hubiera perdido en la lotería de los penaltys la final de Glasgow, hubiera sido un fracaso, pues el Español era un equipo claramente inferior al sevillista, y además los periquitos disputaron una buena parte del encuentro con un jugador menos. De la máxima decepción, al éxtasis de la segunda Uefa.
Esto no quiere decir que esos títulos carezcan de valor. Por el contrario, lo que hay que entender es que ese Sevilla era un gran equipo, y hubiera seguido siendo grande aunque Palop no hubiera marcado de corner, o la moneda al aire de los penaltys hubiera salido cruz.
Si los penaltys del año pasado en Champions se hubieran ganado, o si Palop hubiera marcado en descuento en Génova, todo hubiera cambiado. Se habría pasado del fracaso al éxito en un suspiro. Pero a veces la bola cae del lado malo, y entonces se pierde el "match point". No por eso el tenista es peor jugador que antes. La vida es así, y todo análisis debe tenerlo en cuenta.

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