miércoles, 12 de marzo de 2008

Contra los ciclos, planificación

En el campo económico existen, como todos sabemos, ciclos periódicos en los que unas veces la situación es favorable y en otros de crisis. En los ciclos de recesión muchas pequeñas empresas, e incluso las grandes con bases débiles, se ven obligadas a cerrar. Pero las empresas grandes y sólidas suelen resistir cualquier ciclo negativo. Obtienen menos beneficios, pasan malos momentos, pero salen adelante y al final son incluso más grandes que antes de la crisis. Es posible que la tienda de debajo de casa tenga que cerrar si la situación económica actual empeora, pero a nadie se le ocurre que El Corte Inglés vaya a tener excesivos problemas.

En el mundo del fútbol ocurre lo mismo. El Real Madrid lleva cuatro años sin pasar de octavos de final de la Liga de Campeones: eso en un mal ciclo. Pero cada temporada es un serio candidato a ganarla: eso es la entidad de un club grande.

En el caso de un club como el Sevilla F.C., que aún no tiene la entidad de un grande, es necesario que mantenga una estabilidad en el crecimiento, a pesar de los ciclos positivos o negativos que pueda atravesar. Sería suicida tirar la casa por la ventana cuando las cosas van bien, o cambiar radicalmente la forma de trabajo cuando algo sale mal. Para mantener esa estabilidad es necesario planificar el crecimiento de la sociedad deportiva a largo plazo, y no desviarse del plan a no ser que se den circunstancias muy extraordinarias.

Veamos cuáles podrían ser la etapas que un club podría seguir, desde una situación de quiebra como la que tenía el Sevilla F.C. en el último descenso a Segunda División, hasta llegar a ser un "grande":


1. Economía de guerra para evitar la desaparición: Con la sociedad en quiebra, recortar drásticamente los gastos, olvidar prácticamente los objetivos deportivos y centrar todo en la recuperación económica y la reestructuración total a nivel social y deportivo.

2. Ascenso a Primera División: Tras salvar el club económicamente, para mantenerlo es necesario volver a Primera, donde se obtienen verdaderos ingresos por televisión y publicidad.

3. Asentamiento en Primera: Sin olvidar la política de austeridad, dejar atrás las épocas de dislates directivos que provocaron los descensos y lograr la estabilidad.

4. Asentamiento en puestos europeos y despegue económico: Con la situación económica controlada, buscar ingresos que suban el nivel de los fichajes, y situarse en condiciones de disputar todas las temporadas la clasificación para Uefa.

5. Asentamiento en puestos de Liga de Campeones: Este paso es un gran salto en todos los sentidos, pues la Liga de Campeones proporciona unos ingresos que, si son regulares, elevan la categoría económica del club y lo sitúa en la élite.

6. Disputa habitual de títulos: Cuando esto se logra, ya se es un grande. Luchar siempre por títulos es algo que está al alcance de muy pocos.

El Sevilla F.C. ha quemado las primera etapas a gran velocidad, más de lo que posiblemente desde el mismo club se preveía. El acierto de Monchi al fichar, y el gran rendimiento que Caparrós y Juande (cada uno en su etapa) han sacado a la plantilla, han posibilitado la política de "comprar barato y vender caro", lo que ha disparado los ingresos a la vez que se han logrado éxitos deportivos antes de lo que era lógico.

Creo que si siguiéramos un orden natural, el Sevilla estaria ahora en la fase 4, asentado en puestos europeos (incluso con un inicio de temporada tan traumático como el que hemos tenido, y un desempeño irregular estamos los sextos), y buscaría entrar en la fase 5, es decir convertirse por derecho en un equipo habitual de la Champions.

Lo que ocurre es que por medio ha habido 5 títulos en dos años, y eso ha hecho a más de uno pensar que ya éramos grandes. Y esto no es así, independientemente del entrenador, de las declaraciones del presidente, o del acierto en algunos fichajes, el Sevilla F.C. no es un grande porque no puede serlo todavía. Hace pocos años estábamos en Segunda División, y se está creciento a ritmo acelerado, pero hay mucho por hacer. El éxito momentáneo de los títulos se ha disfrutado como corresponde, pero no nos puede ocultar la realidad de un club que aún no ha cumplido su objetivo, y que no puede cambiar sus estructuras, su estilo, su forma de trabajo, y en definitiva su planificación a largo plazo, por el hecho de que la temporada pasada el portero marcara un gol de cabeza en el descuento de la eliminatoria contra el Shaktar, y este año no lo haya hecho contra el Fenerbahçe.

Puede que esté acabando un ciclo, pero el camino ascendente del club no puede parar por eso. El siguiente paso es asentarnos entre los cuatro primeros de la Liga, y eso será cuestión de varias temporadas. Es un reto apasionante, y no creo que factores menores nos deban distraer del disfrute de ver a nuestro club luchando por llegar a su objetivo: ser grande de verdad y para siempre, no sólo en el corazón de sus aficionados, sino el el ámbito del fútbol mundial. Pocos clubs pueden aspirar a eso, y hoy por hoy está en nuestras manos.

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