Dicen los entendidos en ciclismo que para afrontar las duras etapas montañosas es fundamental un buen avituallamiento, es decir, alimentarse para acumular energías durante la parte llana de las etapas, para que al llegar lo más difícil haya reservas suficientes. Como todo el mundo sabe, en esta Liga hay un "Tourmalet", o un "Alpe D'Huez", o como lo queramos llamar, y al Sevilla F.C. pronto le tocará afrontarlo, con rampas tan duras como un Valencia, Barcelona, Real Madrid y Villarreal, a la vez que la liguilla Uefa, sin apenas descanso por medio.
Es en los puertos más importantes donde se gana el Tour o la Vuelta. Resulta difícil aún predecir cómo resolverá el Sevilla F.C. esas subidas, pero lo cierto es que en el llano está haciendo su trabajo a la perfección: se está alimentando, llenando las reservas de puntos, y además siempre va situado en la cabeza del pelotón. Incluso se han superado caídas que han lesionado a algún componente del equipo, demostrando que es eso, un equipo completo y comprometido.
Y es que en ciclismo hay varias formas de estar en cabeza. El último gigante, Armstrong, atacaba una y otra vez sin cesar, hasta que en alguno de esos ataques se quedaba solo y volaba hacia la meta. Nuestro Miguel Induráin, por el contrario, hacía una carrera de desgaste, imponiendo un ritmo fuerte y constante, sin alardes, que iba dejando atrás uno a uno sus rivales por eliminación. Hasta ahora el Sevilla F.C. ha seguido una táctica de carrera más parecida a la del navarro, y le ha ido bien.
No sabemos si en la alta montaña será suficiente con esta táctica o si harán falta más ataques para reventar a los rivales. Pero lo que sí sabemos es que serán etapas apasionantes, y que el Sevilla F.C. llega con energía suficiente, y confianza a raudales, para coronar el Tourmalet entre los primeros, entre los grandes. Los que al final se disputan el Tour y la gloria. Otra vez, a luchar por todo.
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