Algo no es lo que era en el Sevilla F.C. He asisitido asombrado al esperpento del cese de Manolo Jiménez y aún no salgo de mi estupor. No entro en el fondo, es decir, en si la decisión ha sido la correcta. Me estoy refiriendo a la forma:
- Se cesa a un entrenador con un partido a tres días vista, sin tener otro de repuesto apalabrado.
- Se da toda la publicidad del mundo a una negociación con un entrenador (Luis Aragonés), para finalmente hacer el ridículo ante la negativa de éste a venir.
- Se deja ver claramente que ya hay entrenador para la próxima temporada al negarse a contratar a Aragonés por un año más, lo cual quita autoridad ante la plantilla al nuevo técnico (Antonio Álvarez).
- Se deja a Jiménez dar la rueda de prensa post-partido cuando ya había sido cesado, sin avisarle de ello.
- El único que da la cara en todo el trámite del cese del entrenador es Monchi, mientras el presidente, que se harta de fotografías con los nuevos fichajes, se esconde de manera evidente.
Todo esto no tiene nada que ver con el habitual proceder de esta directiva: dejar al entrenador hasta final de temporada y entonces pedir cuentas según los resultados, tener siempre previsto recambios para las posibles bajas, un presidente que suele dar la cara siempre, saber despedir a los hombres importantes en la historia del club...
Y la gota que colma el vaso es la designación de Barcelona como sede de la final de la Copa del Rey. Al Sevilla F.C. ya le han metido el primer gol de la final llevando el partido a mil kilómetros de Sevilla en día laborable, y el que debía haber evitado ese gol era José María Del Nido, miembro de la Federación Española de Fútbol, y que hasta ahora había llevado a cabo una loable labor en los pasillos y despachos federativos en favor de nuestro club.
¿Qué está ocurriendo para que se haya perdido el norte de esta manera? Mi opinión es que el presidente está desde hace tiempo absorbido por su personal situación judicial. Del Nido camina en la cuerda floja afrontando una petición de trece años de cárcel, algo terrible para cualquier persona, y no sería de extrañar que esté poniendo sus cinco sentidos, y muchas de sus horas de trabajo, en la forma de encarar esa situación. Pero mientras, ¿quién lleva las riendas del Sevilla F.C.? ¿Está Del Nido en disposición de agarrar con tanta fuerza como hasta ahora el timón de un barco que navega en plena tormenta?
Porque desde fuera, da la sensación de que el barco está sin timonel, y en un mar tan complicado como el del fútbol profesional, eso sólo lleva al naufragio. Espero por el bien de Del Nido y del Sevilla F.C. que al final no sean ciertas las acusación contra el presidente, pero por si acaso creo que debería estar todo preparado en el club para lo que pueda ocurrir, y que desde ya, alguien debe empezar a tomar ese timón que, estos momentos, parece abandonado.