En estas fechas leo dos noticias totalmente diferentes. Una es la reclamación de Juande Ramos y Marcos Álvarez al Sevilla F.C. de ciertas cantidades pendientes. La otra es la decisión de Christian Poulsen de rechazar cualquier oferta para esta temporada y permanecer en el club.
Siendo dos noticias tan distintas, tienen una temática común, que no es otra que los diferentes valores que animan la actuación de cada persona. Recuerdo que tras la "espantá" de Juande Ramos al Tottenham, hubo un comentario generalizado: "cualquiera al que le ofrecieran cambiar de empresa para cobrar muchísimo más, lo aceptaría sin pensárselo dos veces". Con esa explicación se justificaba romper un contrato, dejar tirado en plena temporada a un club que le había hecho llegar a lo más alto, y lo peor de todo, romper la palabra dada.
Cuando a Poulsen se le pregunta si va a aceptar la ofertas de otros clubs, posiblemente el mismo Tottenham, responde:
"Un cambio de club no es algo en lo que piense ahora mismo. Tengo dos hijos a los que debo de prestar atención, y además estoy muy bien en Sevilla, así que no me interesa irme a ningún sitio."
Se parece mucho a la explicación de Ivica Dragutinovic sobre su renovación a principio de temporada:
"Si me hubiera ido al Newcastle hubiera ganado muchísimo más dinero que aquí. No firmo por Newcastle porque es difícil ganar algo, sé que no voy a jugar ni la Champions ni voy a levantar un título. En el Sevilla siempre hay ambición, siempre hay ganas de ganar, por eso me quedo aquí, con mi familia, con la mejor afición del mundo, con mis compañeros y con este club ambicioso."
¿Hay diferencia verdad? Algunas personas ponen en lo más alto de su escala de valores el dinero, otras ponen la familia, la superación personal o el éxito profesional. Es cuestión de cada uno elegir sus opciones, pero yo me siento más cerca de Poulsen o Drago. No sé dónde estarán la próxima temporada, pero por ahora ya han demostrado que, pese a lo que muchos crean, no todo en la vida es dinero.
Siendo dos noticias tan distintas, tienen una temática común, que no es otra que los diferentes valores que animan la actuación de cada persona. Recuerdo que tras la "espantá" de Juande Ramos al Tottenham, hubo un comentario generalizado: "cualquiera al que le ofrecieran cambiar de empresa para cobrar muchísimo más, lo aceptaría sin pensárselo dos veces". Con esa explicación se justificaba romper un contrato, dejar tirado en plena temporada a un club que le había hecho llegar a lo más alto, y lo peor de todo, romper la palabra dada.
Cuando a Poulsen se le pregunta si va a aceptar la ofertas de otros clubs, posiblemente el mismo Tottenham, responde:
"Un cambio de club no es algo en lo que piense ahora mismo. Tengo dos hijos a los que debo de prestar atención, y además estoy muy bien en Sevilla, así que no me interesa irme a ningún sitio."
Se parece mucho a la explicación de Ivica Dragutinovic sobre su renovación a principio de temporada:
"Si me hubiera ido al Newcastle hubiera ganado muchísimo más dinero que aquí. No firmo por Newcastle porque es difícil ganar algo, sé que no voy a jugar ni la Champions ni voy a levantar un título. En el Sevilla siempre hay ambición, siempre hay ganas de ganar, por eso me quedo aquí, con mi familia, con la mejor afición del mundo, con mis compañeros y con este club ambicioso."
¿Hay diferencia verdad? Algunas personas ponen en lo más alto de su escala de valores el dinero, otras ponen la familia, la superación personal o el éxito profesional. Es cuestión de cada uno elegir sus opciones, pero yo me siento más cerca de Poulsen o Drago. No sé dónde estarán la próxima temporada, pero por ahora ya han demostrado que, pese a lo que muchos crean, no todo en la vida es dinero.
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