jueves, 8 de noviembre de 2007

Sí existe el "efecto Jiménez"

Cuando el Sevilla F.C. goleó al Valencia en el primer partido de Manolo Jiménez como entrenador, el bocazas de Bernd Schuster comentó que con la dinámica que llevaban los dos equipos, el Sevilla podía haber ganado el Valencia entrenado por cualquiera. Esto se interpretó, con razón, como un menosprecio al trabajo de Jiménez, tanto que el alemán se disculpó posteriormente con el de Arahal.

Pero en el fondo del asunto, Schuster tenía razón, pues Jiménez no había tenido tiempo de aportar prácticamente nada al equipo. Cuando ya se han jugado cuatro partidos (¡y qué cuatro partidos!) con el nuevo entrenador sevillista al mando, ya se pueden ver los efectos del cambio. Personalmente pienso que sí ha tenido lugar lo que algunos han llamado "efecto Jiménez", y creo que se basa en dos aspectos fundamentales:

1) Los jugadores sevillistas vuelven a morder, a tener hambre. Tras la muerte de Puerta, y con el anterior entrenador pensando en otra cosa, el equipo había perdido su identidad en cuanto a lucha y ambición. Ahora sale a los partidos como salía la temporada pasada, y se vuelve a ver la mentalidad ganadora. Incluso en el peor partido hasta el momento, el del Calderón, el equipo empató dos veces tras verse por debajo en el marcador, y no dejó nunca de pelear el partido. Contra Steaua, ganando 0-2, los jugadores seguían presionando al rival en su área en el último minuto, lo cual muestra a las claras cómo Jiménez ha conseguido encauzar uno de los aspectos principales del funcionamiento del equipo, el psicológico.

2) Dragutinovic. Ante las bajas y las dudas defensivas, Jiménez ha buscado al central con más experiencia y en mejor forma y le ha dado los galones en defensa. Mientras Juande lo mantenía en el lateral izquierdo (por la ausencia de un lateral verdadero), Jiménez tiró de cantera y situó a Crespo en la banda, y a Drago en el centro. Tras la lesión de Crespo, Adriano está cumpliendo en esa demarcación, pero sobre todo se nota que el serbio manda en el centro, y en los tres partidos que él ha jugado el Sevilla ha mantenido la portería a cero, algo inusual hasta la llegada de Jiménez.

Nueve puntos de doce en partidos muy complicados, mayor seguridad defensiva, y ambición renovada. Manolo Jiménez no ha venido a cumplir el expediente, quiere quedarse, quiere ganar. Sabe que tiene detrás a todo el sevillismo, y por lo que se ve, también a su plantilla. Esto pinta bien.



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