Es normal, y creo que beneficioso, que los aficionados y la prensa analicen cada actuación de un entrenador nuevo, y opinen sobre sus alineaciones, cambios, tácticas e incluso declaraciones públicas. Sin embargo en el "entorno" del Sevilla F.C. se está llegando más allá de la simple opinión sobre actuaciones concretas, y se ha instalado un importante debate sobre si Manolo Jiménez es o no capaz de dirigir al equipo.
Pienso que es un debate estéril, pues no puede tener ninguna consecuencia práctica. A Jiménez no se le va a echar esta temporada por dos motivos: las cosas no van demasiado mal, y además sería suicida traer el tercer entrenador en una misma campaña. En cuanto a la próxima temporada, tampoco sirve para nada debatir ahora: hasta final de temporada no se podrá comprobar si se alcanzan los objetivos, ni siquiera cuál puede ser el nivel verdadero de este equipo con el actual entrenador. Es pronto, por lo tanto, para tomar ya una decisión sobre quién será el futuro ocupante del banquillo sevillista.
Sólo hay un aspecto positivo de toda la polémica, y es que el entrenador está cargando con toda la presión del entorno, mientras los jugadores sólo se dedican a jugar sin que nadie se preocupe mucho del rendimiento que ofrecen, (y si no veánse los casos de Kerzhakov o Renato, y a otro nivel los excesivos goles fallados por Kanouté o la baja forma de Drago en los últimos partidos).
Por lo demás, no creo que esta presión que se ejerce sobre Jiménez (y no me refiero a críticas concretas, sino a examinar en cada partido si vale o no vale) sea algo normal en el puesto de entrenador. Desde luego no es un caso único, el propio Juande Ramos lo sufrió en sus primero meses, y en otros clubs ha habido ejemplos clamorosos como el de Rafa Benítez en el Valencia. Pero aún así me parece que debe ser muy difícil trabajar en esas condiciones, y por ello considero que este con este debate se le hace un flaco favor al Sevilla F.C.
Pienso que es un debate estéril, pues no puede tener ninguna consecuencia práctica. A Jiménez no se le va a echar esta temporada por dos motivos: las cosas no van demasiado mal, y además sería suicida traer el tercer entrenador en una misma campaña. En cuanto a la próxima temporada, tampoco sirve para nada debatir ahora: hasta final de temporada no se podrá comprobar si se alcanzan los objetivos, ni siquiera cuál puede ser el nivel verdadero de este equipo con el actual entrenador. Es pronto, por lo tanto, para tomar ya una decisión sobre quién será el futuro ocupante del banquillo sevillista.
Sólo hay un aspecto positivo de toda la polémica, y es que el entrenador está cargando con toda la presión del entorno, mientras los jugadores sólo se dedican a jugar sin que nadie se preocupe mucho del rendimiento que ofrecen, (y si no veánse los casos de Kerzhakov o Renato, y a otro nivel los excesivos goles fallados por Kanouté o la baja forma de Drago en los últimos partidos).
Por lo demás, no creo que esta presión que se ejerce sobre Jiménez (y no me refiero a críticas concretas, sino a examinar en cada partido si vale o no vale) sea algo normal en el puesto de entrenador. Desde luego no es un caso único, el propio Juande Ramos lo sufrió en sus primero meses, y en otros clubs ha habido ejemplos clamorosos como el de Rafa Benítez en el Valencia. Pero aún así me parece que debe ser muy difícil trabajar en esas condiciones, y por ello considero que este con este debate se le hace un flaco favor al Sevilla F.C.
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