Cuando Jesús Alvarado reveló la terrible frase del entrenador de Osasuna, "Cuco" Ziganda, sobre Antonio Puerta, el acusado dijo que presentaría una querella contra el bloguero sevillista por falsedad. En ese momento escribí que, aunque me encantaría que tal querella exisitiera para que la verdad del caso quedara demostrada, me parecía que nunca se iba a presentar.
Una semana más tarde escribí un post lamentando que aún no había querella, y ahora ha pasado un mes y sigue sin haber querella.
Para mí, esto sólo siginifica una cosa: Que Ziganda, al no actuar contra Alvarado, reconoce que sí dijo la canallada sobre Puerta y los sevillistas (que me niego a transcribir en este blog).
Recientemente han surgido nuevas noticias sobre uno de los testigos a los que aludía Alvarado, que no hacen sino confirmar lo temido, y las conclusiones son claras:
- Ziganda debería disculparse públicamente, y acto seguido dimitir y dejar el fútbol, si es que aún tiene algo de vergüenza.
- Los medios nacionales de información deportiva, que apoyaron unánimemente al entrenador de Osasuna, han olvidado que está pendiente una querella, y ni siquieran dan la última noticia sobre el testigo, con lo que ofenden a su profesión al no condenar una frase tan terrible como la pronunciada por Ziganda.
(Por cierto, para los que dicen que los testigos no bastan para probar nada, que piensen que si un testigo es válido en un juicio para probar un asesinato, por ejemplo, ¿cómo no va a valer para una simple frase? Y además, la actitud de Ziganda no presentando la querella es la prueba más contundente).
El fútbol es un deporte fantástico, pero al estar hecho por personas, siempre hay lugar en él para la maldad humana. En estos casos, da auténtico asco.
Una semana más tarde escribí un post lamentando que aún no había querella, y ahora ha pasado un mes y sigue sin haber querella.
Para mí, esto sólo siginifica una cosa: Que Ziganda, al no actuar contra Alvarado, reconoce que sí dijo la canallada sobre Puerta y los sevillistas (que me niego a transcribir en este blog).
Recientemente han surgido nuevas noticias sobre uno de los testigos a los que aludía Alvarado, que no hacen sino confirmar lo temido, y las conclusiones son claras:
- Ziganda debería disculparse públicamente, y acto seguido dimitir y dejar el fútbol, si es que aún tiene algo de vergüenza.
- Los medios nacionales de información deportiva, que apoyaron unánimemente al entrenador de Osasuna, han olvidado que está pendiente una querella, y ni siquieran dan la última noticia sobre el testigo, con lo que ofenden a su profesión al no condenar una frase tan terrible como la pronunciada por Ziganda.
(Por cierto, para los que dicen que los testigos no bastan para probar nada, que piensen que si un testigo es válido en un juicio para probar un asesinato, por ejemplo, ¿cómo no va a valer para una simple frase? Y además, la actitud de Ziganda no presentando la querella es la prueba más contundente).
El fútbol es un deporte fantástico, pero al estar hecho por personas, siempre hay lugar en él para la maldad humana. En estos casos, da auténtico asco.
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