Es difícil que con tu edad, Dani Alves, sepas quién es y sobre todo quién fue Gaizka Mendieta. Pero los aficionados al fútbol recuerdan que Mendieta era un centrocampista vasco que jugaba en el Valencia, que fue uno de los mejores jugadores españoles de finales de los '90, y que durante un tiempo fue el jugador de moda en Europa, jugando dos finales de Liga de Campeones con el Valencia y con una cotización astronómica en el mercado.
Entonces llegó el Real Madrid, le hizo una oferta "mareante", y Mendieta perdió el control. Se la jugó por el Madrid, presionó públicamente a su club pidiendo que le traspasaran al club madrileño, y llevó las cosas al extremo. Y a la hora de la verdad, el Madrid le dejó tirado: su oferta al Valencia era muy inferior al valor real del jugador, y ante la negativa de los "ches" a malvender a su estrella, el Real Madrid se retiró de la puja.
Mendieta se quedó solo y enfrentado a su club, y el club se quedó con un fenomenal jugador al que la grada ya no quería ver en su estadio ni en pintura. La única salida posible fue vender a Gaizka a otro club, en este caso el Lazio, que pagó un precio elevadísimo, pero coherente con el valor de mercado del jugador.
Mendieta se vio obligado a aceptar la oferta del Lazio, pues no podía seguir en Valencia, y emigró a un fútbol como el italiano que no favorecía en absoluto sus cualidades creativas. El resultado fue el fracaso, que ni siquiera pudo enmendar en su año de cesión al Barcelona. De allí fue al Middlesbrough, donde acaba sus años de profesional con más pena que gloria.
No te acuerdas de él, Dani, y eso es lo malo, porque Mendieta era un jugador para recordar, y pudo ser el número uno, pero le pudo la ambición y le faltó inteligencia. Desde un club poderoso, "grande", le volvieron loco y luego no pusieron lo que había que poner. Esta sólo es una historia, Dani, una historia real sobre un jugador. Probablemente no leerás esto, pero creo que te interesaría, porque aún estás a tiempo de no acabar como Gaizka Mendieta. No sigas cometiendo sus mismos errores, porque no te lo mereces, y los aficionados al fútbol tampoco.
Entonces llegó el Real Madrid, le hizo una oferta "mareante", y Mendieta perdió el control. Se la jugó por el Madrid, presionó públicamente a su club pidiendo que le traspasaran al club madrileño, y llevó las cosas al extremo. Y a la hora de la verdad, el Madrid le dejó tirado: su oferta al Valencia era muy inferior al valor real del jugador, y ante la negativa de los "ches" a malvender a su estrella, el Real Madrid se retiró de la puja.
Mendieta se quedó solo y enfrentado a su club, y el club se quedó con un fenomenal jugador al que la grada ya no quería ver en su estadio ni en pintura. La única salida posible fue vender a Gaizka a otro club, en este caso el Lazio, que pagó un precio elevadísimo, pero coherente con el valor de mercado del jugador.
Mendieta se vio obligado a aceptar la oferta del Lazio, pues no podía seguir en Valencia, y emigró a un fútbol como el italiano que no favorecía en absoluto sus cualidades creativas. El resultado fue el fracaso, que ni siquiera pudo enmendar en su año de cesión al Barcelona. De allí fue al Middlesbrough, donde acaba sus años de profesional con más pena que gloria.
No te acuerdas de él, Dani, y eso es lo malo, porque Mendieta era un jugador para recordar, y pudo ser el número uno, pero le pudo la ambición y le faltó inteligencia. Desde un club poderoso, "grande", le volvieron loco y luego no pusieron lo que había que poner. Esta sólo es una historia, Dani, una historia real sobre un jugador. Probablemente no leerás esto, pero creo que te interesaría, porque aún estás a tiempo de no acabar como Gaizka Mendieta. No sigas cometiendo sus mismos errores, porque no te lo mereces, y los aficionados al fútbol tampoco.
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