Se acabaron las vacaciones

Uno vuelve de sus cortas (siempre lo son) vacaciones veraniegas, y aparte de tener que reintegrarse al puesto de trabajo se encuentra con que su faceta de aficionado sevillista también requiere de su máxima atención desde el primer día. Si el sábado, nada más descargar las maletas, tuve que acudir al Ramón Sánchez Pizjuán para presenciar la segunda final de mi vida en este estadio (la primera que ví fue la de la Copa de Europa Barça-Steaua), con la semana entrante llega la renovación de Kanouté, la presión de Alves y el aguante de Del Nido para expirimir todo lo posible a los grandes millonarios del fútbol, y sobre todo la previa de Champions contra el AEK.

El partido contra el Madrid fue típico de pretemporada, pero el Sevilla que debe haber planteado la suya para estar en forma cuanto antes, no aprovechó su superioridad para tomar más ventaja. Y es que hay cosas que no cambian, y Luis Fabiano sigue fallando lo infallable.

Y mañana miércoles llega el momento de la verdad. Esta vez con Kanouté no se deben dejar pasar las ocasiones, pues una vuelta en Grecia a todo o nada sería demasiado a estas alturas. La afición debe apoyar como nunca (bueno, como siempre) y el equipo debe ir a por todas, sin especular y con confianza en sus posibilidades.

Lo dicho, adiós vacaciones, bienvenido fútbol de élite: Supercopa de España, eliminatoria de Champions, Supercopa de Europa... Está bien esto de ser sevillista ¿no?