Hay que abrir la Puerta Grande

No sé si en el Ramón Sánchez Pizjuán existe alguna puerta que sea más grande que las demás, pero si así fuera hay que abrirla para que por ella haga su salida del Sevilla David Castedo, como los triunfadores del toreo salen de la Maestranza por la Puerta del Príncipe.

Bajito, rapidísimo, listo, tremendamente profesional, poco dado al ataque pero capaz de sacar el balón jugado y de marcarse alguna que otra galopada hacia el área rival, casi imposible de desbordar en el uno contra uno, con problemas evidentes para el juego aéreo pero siempre atento al corte, sin emplearse nunca con dureza, sin haber ido a la selección sólo por la ceguera de los seleccionadores, un seguro de vida para la defensa y una auténtica pesadilla para los extremos: ese ha sido y es David Castedo.

Hoy ha anunciado David que deja el Sevilla F.C. para jugar las próximas dos temporadas en el Levante. Llegó en Segunda División, comprado en los "veinte duros", y se va con tres títulos europeos. Y sobre todo, como él mismo dice, con el cariño y la admiración de una afición que ha visto como temporada tras temporada era el jugador más regular de la plantilla. Ahora que como a todos le llega el inicio de su declive deportivo, busca otros retos, y sobre todo seguir jugando al fútbol muchos minutos. Espero que le vaya muy bien, y estoy seguro de que se va sabiendo que en Nervión tiene su casa para siempre.


Contra el Villareal, con las bajas de Adriano y Drago es posible que juegue. Si es así, tendremos la oportunidad de darle el homenaje que le corresponde, y que por otra parte la afición le ha dado siempre, apoyándole en los momentos difíciles. Hay que abrir la Puerta Grande y sacarle a hombros por ella. David se lo merece.