Todos los sevillistas conocen el cántico que la afición ha dedicado a Manolo Jiménez desde los tiempos en que era jugador. En ese cántico se hace referencia a cierto atributo, que se supone que el de Arahal posee en gran cantidad.
A mí ese tipo de alabanzas a un deportista nunca me han gustado mucho. Creo que "eso de lo que Jiménez tiene tanto", debe ponerlo en el campo todo jugador, del primero al último, por lo que no es algo que debiera causar admiración. Por otro lado, parece como si el que tiene mucho de eso, no tuviera otra cosa. Y en el caso que nos ocupa no es así: Manolo Jiménez no era solamente "eso que él tiene tanto", también tenía otras muchas virtudes. Era rápido, pegajoso en el marcaje, duro cuando era necesario pero nunca con mala intención, y un seguro de vida para el flanco izquierdo de la defensa. Y, por supuesto, ponía todo lo que había que poner en un terreno de juego.
Como entrenador estoy seguro de también tiene algo más que "eso que tiene tanto", porque su trayectoria con el filial es impresionante. Confío en que es una elección magnífica para el banquillo sevillista, pero también estoy seguro de que no le va a resultar fácil la tarea. Son muchos frentes los que debe disputar el Sevilla F.C. esta temporada, y el buen resultado ante el Valencia no debe hacernos suponer que Jiménez tiene a la plantilla en su mano, ni que sabe ya cómo sacarle todo el jugo que su antecesor le sacaba. La afición debe tener paciencia si llegan malos resultados, pues aunque es cierto que los mimbres son magníficos, coger las riendas a estas alturas es más complicado de lo que pudo parecer el domingo pasado.
(Por cierto, hace tiempo Chevantón le dijo a su entrenador que no había tenido "eso que tanto tiene Jiménez" para decirle que no contaba con él. Me pareció -y me sigue pareciendo- una salida de tono, pero después de cómo Juande ha "huído" de Sevilla, sin dar la cara públicamente ante la afición, creo que el uruguayo no iba muy desencaminado. Y es que "eso que tanto tiene Jiménez", no lo tiene todo el mundo).
A mí ese tipo de alabanzas a un deportista nunca me han gustado mucho. Creo que "eso de lo que Jiménez tiene tanto", debe ponerlo en el campo todo jugador, del primero al último, por lo que no es algo que debiera causar admiración. Por otro lado, parece como si el que tiene mucho de eso, no tuviera otra cosa. Y en el caso que nos ocupa no es así: Manolo Jiménez no era solamente "eso que él tiene tanto", también tenía otras muchas virtudes. Era rápido, pegajoso en el marcaje, duro cuando era necesario pero nunca con mala intención, y un seguro de vida para el flanco izquierdo de la defensa. Y, por supuesto, ponía todo lo que había que poner en un terreno de juego.
Como entrenador estoy seguro de también tiene algo más que "eso que tiene tanto", porque su trayectoria con el filial es impresionante. Confío en que es una elección magnífica para el banquillo sevillista, pero también estoy seguro de que no le va a resultar fácil la tarea. Son muchos frentes los que debe disputar el Sevilla F.C. esta temporada, y el buen resultado ante el Valencia no debe hacernos suponer que Jiménez tiene a la plantilla en su mano, ni que sabe ya cómo sacarle todo el jugo que su antecesor le sacaba. La afición debe tener paciencia si llegan malos resultados, pues aunque es cierto que los mimbres son magníficos, coger las riendas a estas alturas es más complicado de lo que pudo parecer el domingo pasado.
(Por cierto, hace tiempo Chevantón le dijo a su entrenador que no había tenido "eso que tanto tiene Jiménez" para decirle que no contaba con él. Me pareció -y me sigue pareciendo- una salida de tono, pero después de cómo Juande ha "huído" de Sevilla, sin dar la cara públicamente ante la afición, creo que el uruguayo no iba muy desencaminado. Y es que "eso que tanto tiene Jiménez", no lo tiene todo el mundo).
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