jueves, 26 de abril de 2007

Aquel segundo mágico

Fue un jueves de Feria, el Ramón Sánchez Pizjuán estaba a rebosar, tras 100 minutos de juego la tensión estaba por las nubes, pues se estaba decidiendo quién jugaría la final de la copa Uefa. Ni Shalke 04 ni Sevilla F.C. habían sido capaces de anotar un sólo gol, hasta que un chaval de Los Palacios envió desde su banda derecha un pase a otro chaval, este criado a la espalda del estadio de Nervión, que desde la esquina izquierda del área empalmó un impresionante zurdazo cruzado.

En es momento se hizo el silencio en el estadio. Los gritos, los cánticos, los comentarios... nada, de repente fue todo silencio mientras ese balón viajaba hacia la portería del equipo alemán y se introducía en ella junto al poste. Fue apenas una fracción de segundo, pero después del partido varios sevillistas me confirmaron mi impresión de que en ese momento se hizo el silencio más absoluto, como si nadie se creyera que después de tantos nervios, de tanta lucha, de tantos minutos de juego, por fin el balón entró en la portería. El tiempo se detuvo, y después siguió su curso, dando lugar a la tremenda explosión de alegría en las gradas sevillistas, la alegría por ver nuestro equipo clasificado para una final europea.


Dicen que en el real de la Feria también se vivió ese instante de silencio justo antes de que el grito de "gol" atronara en las casetas y en las calles. Allí se dirigió después todo el sevillismo desde el estadio, a celebrar y disfrutar de ese paso más que se daba hacia la gloria.

Hoy es jueves de Feria, y hoy el Sevilla F.C. juega una semifinal de Uefa. No es en Sevilla, sino en Pamplona, pero hoy el real de la Feria estará expectante a partir de las nueve menos cuarto de la noche, y es posible que los feriantes se vean de repente sorprendidos por un grito multitudinario de "gol". Ojalá sea así, e incluso que fuera más de un grito, aunque la tarea es complicada. Pero si salen las cosas muy bien, este jueves de Feria puede ser de nuevo histórico. Podría convertirse en costumbre, una grata costumbre.

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