Nuestro presidente es uno de los mejores del fútbol español en cuanto a gestión se refiere. Esto no es más que mi propia opinión, pero creo que está respaldada por la trayectoria económica, deportiva y social del club durante estos últimos años, y el hecho de que muchos clubs españoles se fijen en cómo hace las cosas el Sevilla F.C. para imitarlo.
Pero además de la gestión, la otra faceta que ocupa el trabajo de un presidente de club es la representación, es decir, el presidente es la imagen pública del club. Y en este aspecto la labor de Del Nido es más que discutible. Porque la imagen del Sevilla en el resto de España no es acorde con la admiración que despierta su buen hacer deportivo y empresarial. El motivo lo dejó bien claro el propio presidente en sus últimas declaraciones:
"El Sevilla está en un momento para ser prepotente porquela competición así lo indica, igual que cuando teníamos nuestras miserias íbamos con la cabeza baja, ahora que tenemos gloria la levantamos."
Yo le diría al señor Del Nido que nunca he ido con la cabeza baja por ser sevillista. Para mí siempre ha sido un orgullo, cuando jugamos la Uefa, cuando bajamos a Segunda, cuando estuvimos a punto de descender a Segunda B, incluso cuando los presidentes regalaban coches de lujo a modelos famosas con el dinero del club. Porque ser sevillista no es cuestión de clasificaciones ni de presidentes, sino un sentimiento que se te mete dentro desde pequeño, y que gracias a los buenos y malos ratos que ese sentimiento te hace pasar, cada vez se hace más fuerte, y no se te va nunca.
No, señor Del Nido, nunca tuve la cabeza baja. Y por eso ahora no soy prepotente. Estoy feliz, orgulloso, pero tengo muy claro que en el fútbol, como en la vida, hoy estás arriba y mañana puedes estar abajo. Y como no quiero agachar la cabeza cuando estemos (espero que dentro de mucho tiempo) abajo otra vez, por eso no la levanto hasta las nubes ahora. Por eso y por que me molesta la prepotencia que toda la vida he visto en los presidentes de Real Madrid y Barcelona, y no me gusta que el presidente de mi club caiga en el error que cayeron ellos.
Decía José Mª del Nido en una entrevista hace unos meses: "Yo no me preocupo en la vida de caer bien o mal, me preocupo de hacer las cosas bien y de conseguir los parámetros que me piden", y también que "de los sumisos y de los humildes no ha sido nada en la vida, ninguno de los éxitos". Pues haría bien el presidente en tener en cuenta que si él no se preocupa de caer bien o mal, sí debería preocuparse de que el Sevilla F.C. caiga bien o mal. Con su imagen personal haga lo que quiera, pero la imagen de su club debe respetarla al máximo. Y si quiere conocer personas humildes que triunfan, mire a su alrededor e intente recordar una palabra prepotente de, por ejemplo, Monchi o Juande Ramos (o de Miguel Induráin, o de Dani Pedrosa,o de Rafa Nadal...).
Si además de gestionar bien el club nuestro presidente se preocupara de cambiar su actitud, la imagen del Sevilla F.C. sería la del equipo mediano que desafía a los grandes para ser uno de ellos, y despertaría el apoyo de toda España, que quiere siempre ver cómo el débil vence al fuerte. Pero si nuestro presidente actúa con más prepotencia que los fuertes, cuando no es aún uno de ellos, entonces la imagen que damos es la de los nuevos ricos, que se ven arriba de buenas a primeras y no saben asimilarlo. Y la afición del Sevilla no es así, ni el comportamiento interno del club, a nivel económico y deportivo es así. Por eso es triste que sólo por la prepotencia de la que presume Del Nido, el Sevilla de una imagen que no corresponde a su realidad.
"Cuanto más altos estemos situados, más humildes debemos ser". Marco Tulio Cicerón.
Pero además de la gestión, la otra faceta que ocupa el trabajo de un presidente de club es la representación, es decir, el presidente es la imagen pública del club. Y en este aspecto la labor de Del Nido es más que discutible. Porque la imagen del Sevilla en el resto de España no es acorde con la admiración que despierta su buen hacer deportivo y empresarial. El motivo lo dejó bien claro el propio presidente en sus últimas declaraciones:
"El Sevilla está en un momento para ser prepotente porquela competición así lo indica, igual que cuando teníamos nuestras miserias íbamos con la cabeza baja, ahora que tenemos gloria la levantamos."
Yo le diría al señor Del Nido que nunca he ido con la cabeza baja por ser sevillista. Para mí siempre ha sido un orgullo, cuando jugamos la Uefa, cuando bajamos a Segunda, cuando estuvimos a punto de descender a Segunda B, incluso cuando los presidentes regalaban coches de lujo a modelos famosas con el dinero del club. Porque ser sevillista no es cuestión de clasificaciones ni de presidentes, sino un sentimiento que se te mete dentro desde pequeño, y que gracias a los buenos y malos ratos que ese sentimiento te hace pasar, cada vez se hace más fuerte, y no se te va nunca.
No, señor Del Nido, nunca tuve la cabeza baja. Y por eso ahora no soy prepotente. Estoy feliz, orgulloso, pero tengo muy claro que en el fútbol, como en la vida, hoy estás arriba y mañana puedes estar abajo. Y como no quiero agachar la cabeza cuando estemos (espero que dentro de mucho tiempo) abajo otra vez, por eso no la levanto hasta las nubes ahora. Por eso y por que me molesta la prepotencia que toda la vida he visto en los presidentes de Real Madrid y Barcelona, y no me gusta que el presidente de mi club caiga en el error que cayeron ellos.
Decía José Mª del Nido en una entrevista hace unos meses: "Yo no me preocupo en la vida de caer bien o mal, me preocupo de hacer las cosas bien y de conseguir los parámetros que me piden", y también que "de los sumisos y de los humildes no ha sido nada en la vida, ninguno de los éxitos". Pues haría bien el presidente en tener en cuenta que si él no se preocupa de caer bien o mal, sí debería preocuparse de que el Sevilla F.C. caiga bien o mal. Con su imagen personal haga lo que quiera, pero la imagen de su club debe respetarla al máximo. Y si quiere conocer personas humildes que triunfan, mire a su alrededor e intente recordar una palabra prepotente de, por ejemplo, Monchi o Juande Ramos (o de Miguel Induráin, o de Dani Pedrosa,o de Rafa Nadal...).
Si además de gestionar bien el club nuestro presidente se preocupara de cambiar su actitud, la imagen del Sevilla F.C. sería la del equipo mediano que desafía a los grandes para ser uno de ellos, y despertaría el apoyo de toda España, que quiere siempre ver cómo el débil vence al fuerte. Pero si nuestro presidente actúa con más prepotencia que los fuertes, cuando no es aún uno de ellos, entonces la imagen que damos es la de los nuevos ricos, que se ven arriba de buenas a primeras y no saben asimilarlo. Y la afición del Sevilla no es así, ni el comportamiento interno del club, a nivel económico y deportivo es así. Por eso es triste que sólo por la prepotencia de la que presume Del Nido, el Sevilla de una imagen que no corresponde a su realidad.
"Cuanto más altos estemos situados, más humildes debemos ser". Marco Tulio Cicerón.
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